Yo un día la abuelita estaba en la cama esperando al veterinario. El perrito que tenía era ya bastante viejo. Hacia unos días que no quería comer ni salir a pasear. Lo quería mucho y tenía miedo a que le pasara algo. Lo esperaba con impaciencia. Cuando pegaron en la puerta, era Caperucita y su madre que venían de pasar unas vacaciones en Barcelona. A continuación llegó el veterinario que se llevó al perro a la clínica. Caperucita se ofreció a quedarse aquí conmigo, ella sabía que me sentía sola.
A la mañana siguiente le dejé a Caperucita una nota donde decía: “Estoy en el veterinario, te he dejado el desayuno en la cocina, ven después si quieres”. Después Caperucita salió de la casa para ir al veterinario. Durante el camino que iba por las calles de Toronto se encontró con unos hombres un poco extraños que la pararon. Eran cazadores que iban al bosque. Después de hacerle una serie de preguntas se la llevaron hacia allí y la retuvieron durante un tiempo.
Mi perro, que había pasado una gripe, y yo llegamos a la casa y no la vimos. Nos asustamos y empezamos a buscarla. El perro no dejaba de tirar de mi al final y yo le seguí. Ella estaba allí atada, corriendo llamé a la policía porque no me atrevía a entrar. Al llegar la policía detuvieron a los cazadores que ya tenían otros delitos y el perro estuvo durante unos años trabajando con la policía.
Alejandro Marín Navarro
EJEMPLOS PARA ANALIZAR
Hace 9 años
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