Un día estaba una muchacha trabajando en una oficina. Ella era detective privado. Cuando de repente llegó una mujer.
-¿Cuál es su problema?
-Que mi novio cada vez que quedamos nunca viene. Dice que es un despistado y se queda dormido.
-Entiendo usted tendría una foto para indentificarlo.
-Sí, por supuesto. Espere un momento. Tome usted.
-Yo investigaré lo que hace su novio. ¿Cuándo quedarán ustedes?, ¿en qué sitio?
-Hoy a las seis.
-De acuerdo.
A las seis menos 20 me dispuse a ir a su casa. De allí no salió nadie y me dispuse a esperar. Pasaron lo minutos. A las seis y veinte toqué en el trimbre. Me salió un hombre recién levantado y comprobé que era él. Después le hice una foto, yo estaba detrás de las plantas. Él no me vio.
Yo le enseñé las fotos a su mujer y resolví otro caso. Al final se trataba de que el hombre era un dormilón.
Alejandro Marín
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