Yo, el lobo, un fresco día de primavera paseaba por el bosque en busca de algo para comer. De repente, apareció de entre los arbustos una hermosa abuelita, que recogía flores para su nieta, a la que iba a visitar porque estaba enferma.
Pensé que comérmela sería lo mejor que podía hacer. Pero se me pasó por la cabeza la imagen de la nieta, llorando por la desaparición de su abuelita. Así que llamé a la abuela y le ofrecí mi compañía hasta la casa de su nieta, a cambio de una buena cena junto a ellas dos.
La abuelita aceptó y nos fuimos juntos hasta el lugar. Una vez allí la abuelita me presentó a su querida nieta. En poco tiempo nos hicimos amigos y desde entonces yo y la abuelita visitamos todos los días a la niña.
EJEMPLOS PARA ANALIZAR
Hace 9 años
0 comentarios:
Publicar un comentario