El Planeta Hathaway

Por fin llegó el día que tanto esperaba día tras día. Nunca pensé que yo sería unos de los elegidos para ir a Marte. Mi nombre, Hathaway quedará grabado para siempre en la historia de la ciencia si esta misión se realiza con éxito. Empieza la cuenta atrás, me subo al cohete ¡Diez!, ¡Nueve!, ¡Ocho!, ¡Siete!, ¡Seis!, ¡Cinco!, ¡Cuatro!, ¡Tres!, ¡Dos!, ¡Uno!, ¡Fuego! Despegó el cohete, mis compañeros, los demás tripulantes inician la misión. A mí me otorgaron la responsabilidad de dirigir a la tripulación, se podría decir que yo era el capitán.

Los nervios nos atacaban a todos, aún más a Wilder, que por equivocación le dio a un botón de emergencias justo cuando íbamos a aterrizar. El aterrizaje no pudo ser en nuestro destino, tuvimos que aterrizar en un planeta desconocido para todos. Por desgracia dimos un fuerte golpe, la nave se destrozó y los demás tripulantes quedaron heridos. Yo fui el único superviviente de esa misión cuyo destino era Marte.

Decidí bajarme de la nave y observar e investigar aquel extraño planeta que parecía estar habitado por marcianos. Aquellos seres eran muy raros, muy diferentes a nosotros. No eran como todos pensábamos, esos monstruos horrendos de esas películas de ciencia ficción; resultaban ser muy pequeños y torpes, eran realmente inofensivos, pero no te podías descuidar porque algunos tenían una fuerza sorprendente, aunque no sabían utilizarla y sobre todo tenían un nivel de inteligencia bajísimo comparado con el nuestro. Su aspecto no es que me agradara. Hice informes de aquellos extraños seres durante mi estancia allí, hasta que llegaron mis compañeros de la N.A.S.A a rescatarme. La verdad es que yo pensaba que si aquel reto, el de llegar a Marte, no se llevaba acabo quedaría grabado en todas las mentes que tenían esperanzas en él, como un gran fracaso. Pero ni mucho menos fue así, resultó que cuando llegué a la Tierra realizaron un homenaje a los fallecidos. Días después, investigaron los informes que realicé, durante mi estancia en aquel planeta desconocido. Al investigar a fondo las fotografías y los informes, comprobaron que ese planeta existía y que no era producto de mi imaginación.
Mis compañeros propusieron hacer una nueva misión, que consistía en llegar a ese planeta con verdadero éxito. Yo acepté la petición de participar en ella.
Días antes de viajar a aquel planeta, todos los ciudadanos propusieron bautizarlo como, Hathaway. Yo estuve muy orgulloso de que le pusieran mi nombre en mi honor, porque gracias a mí y a la maravillosa tripulación que me acompañaba descubrimos un nuevo planeta que añadieron a nuestro sistema, como “El planeta Hathaway”. Iniciamos ese viaje, llegamos a nuestro destino. Investigamos a los seres que habitaban allí. Era espectacular encontrar, por fin vida en un planeta y más desconocido y mucho más ver cómo a los habitantes de la Tierra les picaba la curiosidad por saber más y más sobre el planeta Hathaway. Todos esperaban ansiosos nuestra llegada a Estados Unidos. La fecha de nuestro regreso marcó la historia, todo cambió al saber que había un nuevo planeta con vida, aparte de la Tierra, que se encontraba en nuestro Sistema Solar, muy cercano a Marte.

Lucía Martínez

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